Dos de croquetas… de gambas al ajillo!

Las gambas son uno de los mariscos más apreciados en la cocina, símbolo de celebraciones y protagonista de infinidad de platos. Su carne tierna y jugosa, su sabor inconfundible y su versatilidad las convierten en un ingrediente estrella, tanto en recetas sencillas como en elaboraciones más sofisticadas. Entre todas las formas de prepararlas, pocas pueden competir con el encanto de las gambas al ajillo.

Este clásico de la gastronomía española, nacido en las tabernas y bares de tapas, combina la jugosidad del marisco con el aroma profundo del ajo y un toque de guindilla que realza su sabor. Servidas en cazuela de barro, chisporroteantes y bañadas en su aceite infusionado, son un bocado irresistible. Y si hay algo capaz de hacerlas aún más adictivas, es convertirlas en croquetas.

El mar en su versión más sabrosa: las gambas

Gambas al ajillo cocinadas en aceite de oliva con ajo y perejil, listas para preparar croquetas caseras.

Las croquetas de gambas al ajillo transforman este icónico plato en un bocado cremoso y lleno de sabor. La suavidad de la bechamel envuelve el marisco, equilibrando su intensidad con una textura sedosa. El toque especiado del ajo y la guindilla queda matizado por el crujiente rebozado, creando un contraste perfecto en cada bocado.

Ingredientes para 2 raciones

Además de la bechamel, para estas croquetas amos a necesitar:

  • 150 g de gambas.
  • 3 dientes de ajo.
  • 1 guindilla.
  • 20 ml de aceite de oliva virgen extra.
  • Un ramillete de perejil fresco.
  • Sal y pimienta blanca al gusto.

Preparamos la mezcla para nuestras croquetas

Para conseguir croquetas cremosas y llenas de sabor, es clave potenciar el aroma del ajo y cocinar bien las gambas para que mantengan su jugosidad. Puedes usar gambas frescas o congeladas, asegurándote de descongelarlas previamente y escurrir bien el exceso de agua.

Sofreímos el ajo y la guindilla

Pela y pica los ajos en láminas finas. Calienta el aceite de oliva en una sartén y añade los ajos junto con la guindilla. Cocina a fuego medio hasta que el ajo comience a dorarse ligeramente, sin que se queme.

Añadimos las gambas y el perejil

Pela las gambas y guarda las cabezas y las pieles si quieres preparar un fumet casero. Corta las gambas en trozos pequeños, incorpóralas a la sartén y sofríe durante unos minutos hasta que cambien de color. Añade una pizca de sal, pimienta blanca y el perejil fresco picado. Remueve bien para que se integren los sabores.

Elaboramos la bechamel

Si quieres potenciar el sabor del marisco en la bechamel, puedes usar un fumet ligero hecho con las cabezas y cáscaras que reservaste al pelar las gambas. Sofríelas ligeramente, cuécelas en agua unos minutos y cuela el caldo antes de incorporarlo a la receta.

Incorporamos la mezcla

Añade la bechamel a la sartén con las gambas al ajillo y remueve hasta conseguir una masa homogénea y sin grumos.

Dejamos reposar y enfriar

Vierte la mezcla en un recipiente, cúbrelo con papel film en contacto con la superficie y deja que repose en el frigorífico durante al menos 4 horas, o mejor, toda la noche.

Rebozamos y freímos

Para lograr un rebozado crujiente y dorado, es importante sellarlo bien y freír las croquetas en aceite caliente a la temperatura adecuada.

Rebozado y fritura de croquetas

Para unas croquetas crujientes y deliciosas:

  • Rebozado:
    1. Usa las manos espolvoreadas con harina para darle forma ovalada o esférica.
    2. Enharina las croquetas con una fina capa.
    3. Pásalas por huevo batido y deja escurrir el exceso.
    4. Cúbrelas con pan rallado y déjalas reposar por lo menos media hora.
  • Fritura:
    • Usa aceite caliente (180 °C) para sellar el rebozado y evitar que absorban grasa.
    • Fríe en tandas pequeñas para mantener la temperatura constante.
    • Escurre las croquetas sobre papel absorbente para un resultado más ligero.

Ajusta la receta a tu gusto

Prueba todas las variaciones que se te ocurran hasta encontrar tu versión favorita.

  • Puedes intensificar el sabor a marisco sofriendo las cabezas de las gambas en el aceite, machacándolas ligeramente y retirándolas antes de añadir el ajo. Así potenciarás el aroma sin necesidad de un fumet.
  • Dale un toque cítrico con ralladura de limón o lima para realzar el sabor del marisco y aportar un punto extra de frescura.
  • Si prefieres un sabor más suave o no toleras el picante, simplemente omite la guindilla.
  • Añade un toque de sabor extra con un chorrito de brandy de Jerez o vino blanco cuando saltees las gambas. El alcohol se evaporará, pero dejará un aroma delicioso.
  • Para un toque de color y frescura, añade cebollino picado justo antes de dar forma a las croquetas.

Vamos a la mesa

Las croquetas de gambas al ajillo son un bocado espectacular que combina toda la intensidad del ajo con el sabor suave del marisco. Perfectas como tapa, entrante o incluso como plato principal. Al igual que las de merluza y gambas, estas croquetas quedan estectaculares acompañadas de una salsa de pimientos del piquillo, una holandesa o una deliciosa salsa verde. Si Bubba, el amigo de Forrest Gump, hubiera probado estas croquetas, seguro que las habría añadido a su interminable lista de formas de preparar gambas.

¿Te animas a prepararlas? Cuéntanos en los comentarios qué te han parecido y con qué salsa las has acompañado.

📅 Última actualización: 09 de abril de 2025.


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