Receta de bechamel tradicional para croquetas cremosas paso a paso
Una croqueta no es una croqueta sin una buena bechamel. Esa textura cremosa y suave, capaz de envolver cualquier ingrediente con su sabor delicado, es el alma de esta receta. Si alguna vez te has rendido al drama de los grumos o a una textura que parece cemento o sopa, esta guía es para ti. Aquí descubrirás cómo hacer una bechamel tradicional con la textura perfecta para croquetas caseras, sin complicaciones y con algunos trucos para llevarla al siguiente nivel.
Cómo hacer una bechamel perfecta para croquetas

La bechamel es el alma de las croquetas, el secreto de su cremosidad y sabor. Aprender a prepararla correctamente te permitirá hacer croquetas caseras perfectas y muchas otras recetas deliciosas.
Ingredientes para la bechamel tradicional
- 40 g de mantequilla
- 40 g de harina de trigo
- 400 ml de leche entera
- Sal, pimienta y nuez moscada al gusto
Paso a paso: la receta definitiva de la bechamel
Siguiendo estos pasos, conseguirás una bechamel suave y cremosa.
Derretimos la mantequilla
En una sartén o un cazo, derretimos la mantequilla a fuego medio, evitando que se queme. Este paso es clave, ya que la mantequilla derretida se mezcla con la harina para formar el roux, la base de una bechamel perfecta. Si la mantequilla se quema, la mezcla adquirirá un sabor amargo que arruinará la salsa.
Añadimos la harina
Vamos añadiendo poco a poco la harina, tamizada para evitar grumos, a la mantequilla derretida. Para no dañar el recipiente, yo uso unas varillas recubiertas de silicona. Remueve sin parar y cocina durante unos 2 minutos, hasta que la mezcla tome un tono ligeramente dorado. Este paso es clave para eliminar el sabor a crudo y obtener un roux perfecto.
Incorporamos la leche
Ve incorporando la leche poco a poco. Si prefieres evitar los grumos, calienta la leche antes de añadirla, ya que esto facilita su integración en la mezcla. Vierte la leche gradualmente mientras sigues removiendo con las varillas. Este paso es crucial para lograr una bechamel suave y sin grumos.
Ajustamos el sabor
Añade una pizca de sal y el toque de pimienta negra y nuez moscada, preferiblemente recién molidas, lo que le aporta un sabor más intenso, aunque también puedes usar las que tengas a mano. Continúa removiendo mientras cocinas la mezcla a fuego lento hasta que espese, alcanzando una textura espesa y cremosa, lo suficientemente densa como para darle forma una vez enfriada. Este paso es clave para conseguir una bechamel perfecta.
Ajuste de textura:
- Para comprobar la textura ideal, la mezcla debe ser espesa pero cremosa. Una buena referencia es que al pasar una cuchara por la bechamel, esta deje un surco visible que no se cierre inmediatamente. Esto indica que está lista para enfriar y moldear.
- Si la mezcla está demasiado espesa, añade leche caliente poco a poco hasta lograr la consistencia deseada.
- Si está demasiado líquida, sigue cocinando a fuego lento y removiendo hasta que espese.
Cómo evitar errores comunes
- Grumos: Tamiza siempre la harina antes de añadirla y no dejes de remover. Si aparecen grumos, pasa la mezcla por un colador o utiliza una batidora de mano para salvar la situación.
- Sabor a harina cruda: Cocina la harina con la mantequilla (roux) el tiempo suficiente hasta que huela ligeramente tostado, pero sin quemarla.
- Textura incorrecta: La bechamel debe ser firme pero moldeable. Si parece cemento, ajusta con leche; si es demasiado líquida, ten paciencia y cocina un poco más.
Aplicaciones y variantes
Esta bechamel es la base perfecta para todo tipo de croquetas. Pero también puedes experimentar:
- La salsa Soubise es una variante de la bechamel que incorpora cebolla pochada para darle un sabor más dulce y profundo. Personalmente, prefiero usar la cebolla como parte del ingrediente principal en lugar de incorporarla en la bechamel, ya que así resalta mejor su sabor y textura.
- La salsa Mornay es una versión de la bechamel enriquecida con queso y, en algunas versiones, yema de huevo. Con queso rallado: Añádelo al final de la cocción para dar un toque más cremoso y sabroso.
- Añadiendo diferentes especias o condimentos: Una pizca de curry, un poco de pimentón ahumado, hierbas aromáticas o un poco de queso rallado, puede transformar completamente el perfil de sabor.
- También puedes adaptar la bechamel según tus necesidades, haciéndola sin gluten o en versión vegana sin perder cremosidad ni sabor.
Consejos adicionales
No hay una sola forma de preparar la bechamel, puedes experimentar diferentes opciones.
- Si quieres un sabor más intenso para tus croquetas de carne, pescado o marisco, sustituye hasta un 50% de la leche por caldo del ingrediente principal. Por ejemplo, un caldo de marisco puede hacer maravillas en unas croquetas de gambas.
- Puedes sustituir la mantequilla, o parte de ella, por aceite de oliva suave, aunque el sabor será algo diferente.
- La harina de trigo es la opción tradicional, pero puedes experimentar con otras harinas si lo deseas o si necesitas, por ejemplo, que sea sin gluten.
- También puedes usar leche semidesnatada o desnatada si prefieres una versión más ligera, aunque el resultado será menos cremoso.
Y ahora, ¿qué sigue?
Con esta bechamel en tus manos, estás listo para explorar cualquier combinación de ingredientes para hacer croquetas, desde las clásicas de jamón hasta las más originales como de Quiche Lorraine o de provolone y tomate seco, esta base hará que cada bocado sea una delicia.
¡Ponla en práctica y cuéntanos tu experiencia en los comentarios!
📅 Última actualización: 17 de abril de 2025.