Dos de croquetas… de espinacas y piñones!
Las espinacas son una de esas verduras que siempre quedan bien en la cocina. Su sabor suave y su textura tierna las hacen perfectas para infinidad de recetas, además de aportar fibra, antioxidantes y, aunque en menor medida de lo que suele creerse, también hierro. Pero si hay un ingrediente que combina a la perfección con ellas, ese es el piñón. Con su toque crujiente y su ligero dulzor, consigue equilibrar cada bocado y darle un extra de sabor. Juntarlos en unas croquetas de espinacas y piñones da como resultado una combinación clásica y deliciosa que nunca falla.
Un clásico vegetal lleno de sabor: las espinacas

Estas croquetas aprovechan la combinación clásica de espinacas y piñones, creando un relleno cremoso y lleno de matices. Son una opción ideal para quienes buscan una alternativa sin carne y pueden adaptarse con diferentes toques de sabor. En esta ocasión vamos a usar espinacas frescas, pero puedes optar por usarlas congeladas si te gustan más.
Ingredientes para 2 raciones
Además de la bechamel, vamos a necesitar:
- 250 g de espinacas frescas.
- 30 g de piñones.
- 1 puerro pequeño.
- Una pizca de sal y pimienta blanca.
Elaboramos el relleno de las croquetas
El secreto de estas croquetas está en un relleno bien integrado, cremoso y con el toque crujiente de los piñones. Sigamos con la elaboración.
Tostamos los piñones
En una sartén sin aceite, tostamos los piñones a fuego medio, removiéndolos constantemente para que se doren de manera uniforme. Es importante vigilarlos bien, ya que si se tuestan demasiado, pueden volverse amargos y perder su característico toque dulce. Cuando estén dorados y desprendan su aroma, los retiramos rápidamente del fuego y los reservamos en un plato para que no sigan cocinándose con el calor residual.
Pochamos el puerro
Cortamos el puerro en trozos finos. En la misma sartén, añadimos un poco de aceite de oliva y pochamos el puerro picado a fuego medio. Lo cocinamos hasta que esté tierno y ligeramente dorado, aportando un extra de sabor a la mezcla.
Salteamos las espinacas
Cuando el puerro esté listo, incorporamos las espinacas lavadas y crudas, removiendo hasta que reduzcan su tamaño y pierdan el exceso de agua.
Elaboramos la bechamel
Para que la masa tenga la textura perfecta, necesitamos una bechamel bien ligada y cremosa. Como esta receta está hecha solo con ingredientes vegetales, puedes prepararla de manera tradicional o elegir una versión sin lácteos si prefieres una alternativa vegana.
Bechamel fácil y cremosa
Consigue una bechamel cremosa y sin grumos siguiendo estos pasos:
- Ingredientes básicos:
- 40 g de mantequilla
- 40 g de harina tamizada
- 400 ml de leche caliente
- Sal, pimienta y nuez moscada al gusto
- Preparación:
- Derrite la mantequilla a fuego medio.
- Añade la harina tamizada y remueve constantemente durante 2 minutos, hasta que tome un tono dorado.
- Incorpora la leche caliente poco a poco, batiendo para evitar grumos.
- Cocina a fuego lento hasta que espese y tenga una textura cremosa pero firme.
- Sazona con sal, pimienta y nuez moscada al gusto.
Consulta nuestra receta para la bechamel tradicional o prueba una alternativa sin gluten
Incorporamos la mezcla
Añadimos las mezcla de espinacas, puerro y piñones a la bechamel, mezclando bien para que los sabores se integren. Ajustamos de sal y añadimos una pizca de pimienta blanca.
Dejamos reposar y enfriar
Vertemos la mezcla en un recipiente, cubrimos con film en contacto y dejamos enfriar en el frigorífico al menos 4 horas.
Rebozamos y freímos
El rebozado es clave para lograr unas croquetas crujientes por fuera y cremosas por dentro. Como en esta receta solo usamos ingredientes vegetales, puedes seguir el método tradicional o elegir una opción sin huevo si prefieres una versión completamente vegana.
Rebozado y fritura de croquetas
Para unas croquetas crujientes y deliciosas:
- Rebozado:
- Usa las manos espolvoreadas con harina para darle forma ovalada o esférica.
- Enharina las croquetas con una fina capa.
- Pásalas por huevo batido y deja escurrir el exceso.
- Cúbrelas con pan rallado y déjalas reposar por lo menos media hora.
- Fritura:
- Usa aceite caliente (180 °C) para sellar el rebozado y evitar que absorban grasa.
- Fríe en tandas pequeñas para mantener la temperatura constante.
- Escurre las croquetas sobre papel absorbente para un resultado más ligero.
Consulta la guía sobre el rebozado y fritura perfectos o prueba una alternativa sin gluten
Ajusta la receta a tu gusto
Prueba diferentes versiones para encontrar tu opción ideal.
- Para un extra de cremosidad, añade un poco de queso crema o ricotta en el relleno.
- Dale un sabor más intenso incorporando un diente de ajo picado en el sofrito.
- Sustituye los piñones por otro fruto seco, como almendras o avellanas, para un toque crujiente con un matiz de sabor diferente.
- Si usas espinacas congeladas, escúrrelas bien antes de añadirlas a la sartén para evitar exceso de agua en la masa.
- Si prefieres un toque diferente, prueba a añadir un poco de ralladura de limón o lima al relleno para darle frescura.
A la mesa con nuestras croquetas
Estas croquetas son un bocado lleno de sabor, con el equilibrio perfecto entre la suavidad de las espinacas y el toque crujiente de los piñones. Puedes servirlas como aperitivo o entrante, acompañadas de una ensalada ligera o una salsa suave como la de queso o la holandesa. Puede que no te den la fuerza de Popeye, pero seguro que no dejarás ni una en el plato.
¿Las has probado con algún otro fruto seco? ¿Qué toque especial les darías tú? Cuéntanos en los comentarios.
📅 Última actualización: 09 de abril de 2025.