Dos de croquetas… de mortadela y pistachos!
La mortadela es uno de esos embutidos que siempre encuentran su sitio en la cocina. De origen italiano y con ese sabor suave y especiado tan característico, aporta una textura melosa que invita a incorporarla en recetas más allá del típico bocadillo. Cuando se combina con pistachos, el contraste funciona a la perfección: lo cremoso y lo crujiente, lo delicado y lo sabroso, en un equilibrio que sorprende por su sencillez y su armonía. Una mezcla con esencia mediterránea que merece más protagonismo.
Una mezcla más que original: la mortadela y el pistacho

Estas croquetas sorprenden por su equilibrio: la mortadela se funde en la bechamel dejando un fondo sabroso, mientras que los pistachos aparecen de vez en cuando, dando textura y ese toque crujiente tan agradecido. Una opción perfecta si buscas croquetas que se salgan de lo de siempre pero sin ingredientes difíciles ni pasos complicados.
Ingredientes para 2 raciones
Además de la bechamel, para preparar estas croquetas vamos a necesitar:
- 120 g de mortadela.
- 30 g de pistachos sin sal.
- 1/2 cebolla.
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra.
- Sal y pimienta blanca al gusto.
Preparamos la mezcla para nuestras croquetas
Para que queden equilibradas, vamos a potenciar el sabor de la mortadela sin saturar la mezcla y a dar el punto justo a los pistachos.
Tostamos ligeramente los pistachos
Pela los pistachos y ponlos en una sartén sin aceite.Tuéstalos un par de minutos a fuego medio, removiendo constantemente para que no se quemen. Retíralos del fuego y, cuando se enfríen un poco, pícalos de forma irregular: lo justo para que se noten al morder y aporten ese punto crujiente al relleno.
Hacemos el sofrito
Pica la cebolla muy fina y póchala con una cucharada de aceite hasta que esté dorada y transparente. Añade la mortadela cortada en trocitos pequeños y rehógala durante unos minutos para que suelte parte de su grasa y gane sabor.
Preparamos la bechamel
Haz una bechamel suave y bien ligada. No hace falta que sea muy espesa, pero sí debe quedar lo bastante firme para poder formar las croquetas sin que se deshagan.
Bechamel fácil y cremosa
Consigue una bechamel cremosa y sin grumos siguiendo estos pasos:
- Ingredientes básicos:
- 40 g de mantequilla
- 40 g de harina tamizada
- 400 ml de leche caliente
- Sal, pimienta y nuez moscada al gusto
- Preparación:
- Derrite la mantequilla a fuego medio.
- Añade la harina tamizada y remueve constantemente durante 2 minutos, hasta que tome un tono dorado.
- Incorpora la leche caliente poco a poco, batiendo para evitar grumos.
- Cocina a fuego lento hasta que espese y tenga una textura cremosa pero firme.
- Sazona con sal, pimienta y nuez moscada al gusto.
Consulta nuestra receta para la bechamel tradicional o prueba una alternativa sin gluten
Mezclamos todos los ingredientes
Incorpora la mortadela con la cebolla y los pistachos a la bechamel. Remueve bien hasta obtener una masa uniforme. Ajusta de sal y añade una pizca de pimienta blanca si quieres equilibrar el dulzor de la mortadela.
Reposo y enfriado
Pasa la masa a un recipiente y cúbrela con film en contacto directo. Deja enfriar en la nevera al menos 4 horas, o mejor, toda la noche.
Rebozamos y freímos
Forma las croquetas, rebózalas y fríelas en aceite caliente hasta que estén doradas. El contraste entre el interior cremoso y los pistachos crujientes seguro que te va a encantar.
Rebozado y fritura de croquetas
Para unas croquetas crujientes y deliciosas:
- Rebozado:
- Usa las manos espolvoreadas con harina para darle forma ovalada o esférica.
- Enharina las croquetas con una fina capa.
- Pásalas por huevo batido y deja escurrir el exceso.
- Cúbrelas con pan rallado y déjalas reposar por lo menos media hora.
- Fritura:
- Usa aceite caliente (180 °C) para sellar el rebozado y evitar que absorban grasa.
- Fríe en tandas pequeñas para mantener la temperatura constante.
- Escurre las croquetas sobre papel absorbente para un resultado más ligero.
Consulta la guía sobre el rebozado y fritura perfectos o prueba una alternativa sin gluten
Ideas para darles tu toque
Si te apetece jugar un poco más con los sabores o texturas, aquí tienes algunas ideas para ajustar la receta a tu gusto:
- Añadir una cucharada de ricotta o queso crema suaviza aún más la mezcla y redondea el sabor sin restarle protagonismo a la mortadela.
- Si usas mortadela que ya lleva pistachos, añadir una pizca de almendra molida o nuez muy fina puede reforzar ese punto tostado de forma sutil y elegante.
- Una pizca de comino o curry suave cambia el fondo de sabor y aporta un matiz cálido sin perder la esencia de la receta.
- Añadir aceitunas verdes rellenas de anchoa, bien picadas, potencia el umami sin romper la armonía de la mezcla.
- Sustituir parte de la mortadela por salami y añadir orégano seco transforma la mezcla en una versión croquetera del clásico antipasto italiano.
Unas croquetas con personalidad
La mortadela y los pistachos forman una pareja inesperada pero deliciosa. Estas croquetas tienen un sabor suave y una textura cremosa con pequeños toques crujientes que las hacen diferentes. Si quieres acompañarlas con algo especial, prueba con una salsa de mostaza y miel, o incluso con un ketchup casero para contrastar la melosidad del interior.
¿Te animas a probarlas? Si las haces, cuéntanos en los comentarios cómo las has preparado y si has probado alguna variante. ¡Seguro que salen ideas buenísimas!
📅 Última actualización: 15 de abril de 2025.