Salsa de miel y mostaza para croquetas: un contraste irresistible
La miel y la mostaza son dos ingredientes esenciales en la cocina, cada uno con su propia identidad. La miel es un producto natural y versátil, apreciado por su dulzura y su capacidad para realzar otros sabores. En mi familia siempre hemos tenido colmenas, por lo que conozco bien su calidad y usos en la cocina. Además de su sabor único, la miel es conocida por sus propiedades antioxidantes y su capacidad para aportar un toque de suavidad a las recetas. Su textura sedosa y su inconfundible aroma la convierten en un complemento perfecto para infinidad de platos.
Por otro lado, la mostaza aporta un punto de acidez y un ligero toque picante que transforma los platos. Desde la cocina tradicional hasta las recetas más innovadoras, su intensidad complementa la miel a la perfección, creando una armonía de sabores única.
La combinación perfecta de miel y mostaza

Ideal para acompañar croquetas, esta salsa añade un matiz sofisticado sin complicaciones. Su textura cremosa y su equilibrio entre dulzura y acidez la convierten en una opción perfecta para realzar el sabor de tus recetas.
Ingredientes para nuestra salsa
Prepararmos los ingredientes para esta receta.
- 2 cucharadas de miel.
- 2 cucharadas de mostaza de Dijon.
- 100 ml de nata líquida para cocinar.
- Un limón.
- Sal y pimienta al gusto.
Elaboración detallada
Esta receta es muy sencilla y se prepara en pocos minutos. Solo necesitas mezclar bien los ingredientes siguiendo estos pasos para lograr una textura cremosa y equilibrada.
Mezcla de ingredientes principales
En un bol, mezcla la miel con la mostaza y remueve hasta que se integren por completo. Añade la nata y sigue removiendo hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos.
Un ligero toque de acidez
Exprime el limón, incorpora una cucharada del zumo a la mezcla y sigue removiendo para integrar bien los sabores. Añade una pizca de sal y un poco de pimienta negra recién molida para potenciar el contraste entre la dulzura de la miel y el toque picante de la mostaza.
Un pequeño descanso
Para un mejor resultado, deja enfriar en la nevera al menos dos horas antes de servir. Esto permitirá que los sabores se integren mejor y la textura se asiente.
Consejos para personalizar una salsa deliciosa
Puedes probar diferentes versiones de esta salsa según tus preferencias.
- Si prefieres un toque de acidez diferente, puedes sustituir el zumo de limón por una cucharadita de vinagre de manzana.
- Para una salsa más espesa, disuelve una cucharadita de maicena en un poco de agua fría y mézclala bien. Luego, calienta la salsa a fuego suave hasta que espese.
- Añade una pizca de ajo en polvo si quieres un extra de aroma y sabor.
- Si prefieres una textura más ligera, puedes sustituir la nata por aceite de oliva, obteniendo una salsa más fluida y brillante, o por yogur natural sin azúcar para un toque ligeramente ácido y una consistencia más densa.
- También puedes probar con otros tipos de mostaza según el sabor que prefieras. Para un toque más suave, sustituye la mostaza de Dijon por una mostaza clásica. Si buscas un equilibrio entre intensidad y textura, la mostaza antigua es una excelente opción.
Ya solo queda disfrutarla
Esta salsa es una opción rápida y fácil de preparar que potenciará el sabor de tus croquetas, aportando un toque muy especial. Su equilibrio entre dulzura y acidez la convierte en una combinación perfecta para acompañar, entre otras, tus croquetas de provolone y tomate seco, unas de brócoli y bacon o de piminentos asados y caballa, creando un contraste delicioso que realza su sabor y las hace aún más irresistibles.
Si aún no has probado esta mezcla clásica de miel y mostaza con croquetas, este es el momento perfecto para hacerlo. ¿Cuál será tu primera elección? Déjanos tu opinión y cuéntanos con qué croquetas la has probado.
📅 Última actualización: 03 de mayo de 2025.