Dos de croquetas… de pollo!

El pollo es uno de esos ingredientes que nunca fallan: versátil, accesible y capaz de transformarse en cientos de platos distintos. Se adapta a guisos, frituras, asados o preparaciones más ligeras, y su sabor suave lo convierte en el candidato perfecto para combinar con otros ingredientes o especias más intensas. Su domesticación se remonta a miles de años, y su presencia en la cocina ha sido constante desde épocas muy tempranas.

Un clásico que siempre apetece: el pollo

Pollo asado dorado y jugoso, ideal para unas croquetas caseras llenas de sabor.

En estas croquetas puedes usar pollo asado, cocido o incluso de un guiso. La clave está en desmenuzarlo bien y acompañarlo de un sofrito suave para resaltar su sabor sin ocultarlo. Así obtendremos una mezcla equilibrada, casera y reconfortante, perfecta para congelar o disfrutar al momento.

Ingredientes para 2 raciones

Para preparar estas croquetas, además de la bechamel, necesitarás:

  • 150 g de pollo cocido o asado.
  • 1/2 cebolla.
  • Sal y pimienta negra al gusto.

Preparamos la mezcla para nuestras croquetas

Una buena base de sofrito y una bechamel bien integrada convierten cualquier resto de pollo en un relleno sabroso y cremoso.

Sofreímos la cebolla

En una sartén con un poco de aceite de oliva, pocha la media cebolla picada fina con una pizca de sal. Cocina a fuego medio hasta que esté bien tierna y transparente.

Incorporamos el pollo

Añade el pollo desmenuzado y remueve unos minutos para que se impregne del sabor de la cebolla. Ajusta de sal y añade pimienta negra al gusto.

Elaboramos la bechamel

Para intensificar el sabor, puedes infusionar la leche con huesos de pollo o restos del guiso antes de preparar la bechamel.

Mezclamos y dejamos reposar

Incorpora la bechamel a la mezcla de pollo y cebolla. Remueve hasta que quede homogénea. Vierte la masa en un recipiente, tapa con film transparente a piel y deja enfriar en la nevera al menos 4 horas (idealmente toda la noche).

Rebozamos y freímos

El rebozado aporta la textura final que marca la diferencia. Usa una buena fritura para lograr ese acabado dorado y apetecible.

Rebozado y fritura de croquetas

Para unas croquetas crujientes y deliciosas:

  • Rebozado:
    1. Usa las manos espolvoreadas con harina para darle forma ovalada o esférica.
    2. Enharina las croquetas con una fina capa.
    3. Pásalas por huevo batido y deja escurrir el exceso.
    4. Cúbrelas con pan rallado y déjalas reposar por lo menos media hora.
  • Fritura:
    • Usa aceite caliente (180 °C) para sellar el rebozado y evitar que absorban grasa.
    • Fríe en tandas pequeñas para mantener la temperatura constante.
    • Escurre las croquetas sobre papel absorbente para un resultado más ligero.

Ajusta las croquetas de pollo a tu gusto

Estas croquetas funcionan muy bien tal cual, pero si te apetece personalizarlas un poco, hay varias formas de ajustar el sabor o la textura sin complicarte demasiado.

  • Rallar un poco de limón sobre la masa antes de dejarla enfriar puede cambiarlo todo: ese toque cítrico no se nota como ingrediente, pero limpia el paladar y hace que el sabor del pollo destaque aún más.
  • Si te gusta el pollo especiado, atrévete con una pizca de comino molido o una mezcla suave de curry. No hace falta mucha cantidad: con una punta de cuchillo es suficiente para darle un giro más exótico sin romper la base clásica.
  • Puedes incorporar una cucharada de queso crema al mezclar la bechamel con el pollo. No solo suaviza la textura, sino que aporta cremosidad y ayuda a que la mezcla sea más fácil de manejar.
  • Aprovecha el jugo del asado si usas pollo del horno. En lugar de desecharlo, añade un par de cucharadas al sofrito. Le dará un sabor más profundo y casero, con ese punto tostado que recuerda al fondo de la bandeja.
  • Si prefieres un relleno con más textura, no piques demasiado el pollo: desmenúzalo a mano en hebras gruesas y mézclalo al final con la bechamel ya fuera del fuego. Así se notará más al morder, sin perder cremosidad.
  • Prueba a añadir una pizca de ajo asado al sofrito de cebolla si quieres redondear el sabor. Es un matiz sutil, dulce, que potencia el conjunto sin restarle protagonismo al pollo.

Vamos a la mesa

Estas croquetas de pollo son una apuesta segura: suaves, sabrosas y perfectas para quienes buscan una receta clásica pero resultona. Puedes acompañarlas con una salsa de limón si quieres un contraste más vivo, o una de miel y mostaza más suave y equilibrada. Ambas le van de maravilla.

Y si necesitas una razón más para hacerlas, tienes que saber que para alguien muy especial, una croqueta de pollo fue mucho más que una receta.

¡Cuéntanos en los comentarios si las has probado o si tienes tu versión secreta!

📅 Última actualización: 12 de agosto de 2025.


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