Dos de croquetas… de zamburiñas

Las zamburiñas son uno de los mariscos más apreciados de las costas gallegas, reconocidas por su sabor suave pero intenso y su textura delicada. Aunque a menudo se confunden con las vieiras, las zamburiñas tienen un tamaño más pequeño y un gusto más dulce, lo que las convierte en una auténtica joya gastronómica. Su carne tierna es ideal para preparar a la plancha con un toque de ajo y perejil, en salsa marinera o incluso gratinadas con una capa de pan rallado y queso. Las zamburiñas son también protagonistas de muchas recetas tradicionales gallegas, desde empanadas hasta arroces marineros, gracias a su capacidad para potenciar los sabores del mar.

Un bocado de Galicia en cada croqueta

No voy a mentir, hacer croquetas con zamburiñas frescas puede parecer casi un sacrilegio. De hecho, descubrí estas croquetas por casualidad un día que preparamos un exceso de zamburiñas en casa y nos sobraron (sí, en Galicia eso es posible). Para no desperdiciarlas, decidí probar a incorporarlas en una bechamel… y el resultado fue espectacular. La combinación de la suavidad de la bechamel con el toque dulce y salino de las zamburiñas crea un bocado irresistible, donde el crujiente rebozado proporciona un contraste perfecto. Si eres amante de los sabores del mar, estas croquetas de zamburiñas se convertirán en una de tus favoritas.

Ingredientes para 2 raciones

Además de la bechamel, para preparar estas croquetas vamos a necesitar:

• 150 g de zamburiñas frescas.
• 30 ml de vino blanco.
• 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
• 2 dientes de ajo.
• Un ramillete de perejil fresco.
• Sal y pimienta blanca al gusto.

Preparamos la mezcla para nuestras croquetas

Para conseguir croquetas cremosas y llenas de sabor, es importante cocinar las zamburiñas con suavidad para que no pierdan su textura tierna ni su sabor delicado. En este caso, usamos zamburiñas frescas cocinadas en su concha, lo que aporta un sabor más auténtico.

Majamos el ajo y el perejil

Pela los ajos y machácalos en un mortero junto con el perejil. Añade una pizca de sal gorda para ayudar a triturar y potenciar el sabor. Vierte poco a poco el aceite de oliva mientras sigues majando hasta conseguir una mezcla espesa y aromática.

Preparamos las zamburiñas

En una sartén con un poco de aceite de oliva bien caliente, coloca las conchas con las zamburiñas hacia abajo y deja que se cocinen durante un minuto para que tomen temperatura. Luego dales la vuelta, añade un poco de majado a cada una y deja que se cocinen un par de minutos más, hasta que el jugo de las zamburiñas se mezcle con el aceite y el ajo.

Ultimamos los detalles de la mezcla

Saca las zamburiñas de la sartén, retíralas de la concha y córtalas en trozos pequeños. Vuelve a incorporarlas a la sartén y añade el vino blanco. Deja que reduzca a fuego medio hasta que el líquido se evapore casi por completo. Añade una pizca de pimienta blanca y comprueba si hace falta añadir más sal.

Elaboramos la bechamel

Si quieres potenciar el sabor a marisco en la bechamel, puedes usar un fumet casero hecho con cabezas y cáscaras de gambas o restos de pescado. Hierve los restos en agua con una hoja de laurel y un poco de sal durante 10 minutos, cuela el caldo y úsalo para preparar la bechamel.

Bechamel fácil y cremosa

Consigue una bechamel cremosa y sin grumos siguiendo estos pasos:

• Ingredientes básicos:
  • 40 g de mantequilla
  • 40 g de harina tamizada
  • 400 ml de leche caliente
  • Sal, pimienta y nuez moscada al gusto
• Preparación:
  1. Derrite la mantequilla a fuego medio.
  2. Añade la harina tamizada y remueve constantemente durante 2 minutos, hasta que tome un tono dorado.
  3. Incorpora la leche caliente poco a poco, batiendo para evitar grumos.
  4. Cocina a fuego lento hasta que espese y tenga una textura cremosa pero firme.
  5. Sazona con sal, pimienta y nuez moscada al gusto.

Consulta nuestra receta para la bechamel tradicional o prueba una alternativa sin gluten

Incorporamos la mezcla

Añade la bechamel a la sartén con las zamburiñas y remueve hasta conseguir una masa homogénea y sin grumos.

Dejamos reposar y enfriar

Pasamos la mezcla a un recipiente y lo cubrimos con papel film en contacto con la superficie. Deja que repose en el frigorífico durante al menos 4 horas, o mejor, toda la noche.

Rebozamos y freímos

Para lograr un rebozado crujiente y dorado, es importante sellarlo bien y freír las croquetas en aceite caliente a la temperatura adecuada.

Rebozado y fritura de croquetas

Para unas croquetas crujientes y deliciosas:

• Rebozado:
  1. Usa las manos espolvoreadas con harina para darle forma ovalada o esférica.
  2. Enharina las croquetas con una fina capa.
  3. Pásalas por huevo batido y deja escurrir el exceso.
  4. Cúbrelas con pan rallado y déjalas reposar por lo menos media hora.
• Fritura:
  • Usa aceite caliente (180 °C) para sellar el rebozado y evitar que absorban grasa.
  • Fríe en tandas pequeñas para mantener la temperatura constante.
  • Escurre las croquetas sobre papel absorbente para un resultado más ligero.

Consulta la guía sobre el rebozado y fritura perfectos o prueba una alternativa sin gluten

Ajusta las croquetas a tu gusto

Puedes variar la receta para preparar las croquetas como más te gusten.

• Si quieres un contraste más intenso, añade un toque de limón o lima al final para darle un toque más fresco.
• Si usas zamburiñas congeladas, asegúrate de descongelarlas previamente y escurrirlas bien para que no suelten agua al cocinarlas. Cocínalas con suavidad para que no se endurezca su textura.
• También puedes usar zamburiñas en conserva, pero elige las envasadas al natural para que mantengan el sabor original. Si usas zamburiñas con algún tipo de salsa, el sabor de las croquetas será diferente y puede dominar el toque marino.
• Añade un toque de picante con unas gotitas de tabasco o una guindilla molida.
• Prueba a añadir un poco de puerro pochado a las zamburiñas antes de incorporar la bechamel, Su sabor suave y ligeramente dulce realza el gusto del marisco.
• Si no consigues zamburiñas, puedes usar vieiras. El sabor será más dulce y ligeramente más mantecoso, pero las croquetas quedarán igualmente cremosas y sabrosas. Asegúrate de cortarlas en trozos pequeños para que se integren bien en la masa.

Vamos a la mesa

Las croquetas de zamburiñas son un bocado elegante y lleno de sabor. La suavidad de la bechamel resalta el toque dulce y salino de las zamburiñas, mientras que el rebozado crujiente aporta el contraste perfecto. Quedan espectaculares acompañadas de una salsa de limón que realza el sabor del marisco o una irresistible salsa verde que añade un toque cremoso y aromático.

Quizás nunca se me habría ocurrido hacer croquetas con zamburiñas si no hubiera sido por la casualidad, pero ahora se han convertido en una de mis favoritas. Si te gustan los sabores del mar, estas croquetas son para ti. ¡Anímate a probarlas y cuéntanos en los comentarios cómo te han quedado y con qué las has acompañado!

📅 Última actualización: 09 de abril de 2025.

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