Dos de croquetas… de pulpo a la gallega!
El pulpo es un producto tradicional de la gastronomía gallega, cuya cocción sigue un método transmitido durante generaciones. Tanto el polbo á feira como el pulpo a la gallega se cuecen en la clásica olla de cobre, pero este último se acompaña de patatas cocidas, generalmente en el mismo agua del pulpo, lo que les da su característico tono rosado. Tradicionalmente, se sirve en un plato redondo de madera y se come con palillos, aliñado solo con pimentón, aceite de oliva virgen extra y sal gorda.
Como gallego, el pulpo tiene un significado especial para mí. Es un símbolo de reuniones familiares, ferias y momentos compartidos. Su sabor me recuerda a las abuelas gallegas, que lo apaleaban enérgicamente para ablandarlo y evitar que quedara duro. Hoy, al comercializarse mayoritariamente congelado, este proceso no es tan común, ya que la congelación rompe las fibras y mantiene la textura tierna. Antes de cocerlo, es fundamental asustarlo, sumergiéndolo y sacándolo del agua hirviendo varias veces, evitando así que la piel se desprenda.
La tradición gallega, reinventada: el pulpo

Las croquetas de pulpo a la gallega trasladan la esencia de este plato tradicional a un bocado crujiente y cremoso. En esta receta combinamos el sabor del pulpo con la suavidad de la patata y el toque ahumado del pimentón, logrando una croqueta con todo el carácter gallego en su interior. Es una manera diferente y deliciosa de disfrutar de esta receta clásica, perfecta para sorprender en cualquier ocasión.
Para mantener la textura y el sabor original del pulpo, en esta receta prescindimos de la bechamel y utilizamos patata como base. Así conseguimos una croqueta jugosa por dentro y con un rebozado crujiente que potencia el contraste de texturas. Para esta preparación usaremos pulpo ya cocido, que puedes comprar directamente o aprovechar si te ha sobrado de una comida anterior.
Ingredientes para 2 raciones
- 150 g de pulpo cocido.
- 2 patatas medianas.
- 1 cucharadita de pimentón dulce o picante.
- Una pizca de sal.
- Un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
Cómo hacer las croquetas de pulpo a la gallega
Para lograr unas croquetas con el auténtico sabor del pulpo a la gallega, es fundamental cocinar bien la patata y tratar el pulpo con cuidado. Siguiendo estos pasos, conseguiremos una textura equilibrada y un sabor bien integrado.
Cocina la base de patata
Pela y corta las patatas en trozos pequeños. Cuécelas en agua con sal hasta que estén tiernas. Escúrrelas bien y tritúralas con un tenedor hasta obtener un puré rústico.
Incorpora el pulpo y el pimentón
Corta el pulpo ya cocido en trocitos pequeños y añádelo al puré de patata. Agrega el pimentón y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Mezcla bien hasta conseguir una masa homogénea.
Forma y reboza y fríe las croquetas
Una vez lista la masa, la dejamos enfriar antes de rebozar y cocinar. Al llevar patata en lugar de bechamel, mantienen mejor su estructura, lo que las hace ideales para hornear o prepararlas en la freidora de aire como alternativa más ligera.
Rebozado y fritura de croquetas
Para unas croquetas crujientes y deliciosas:
- Rebozado:
- Usa las manos espolvoreadas con harina para darle forma ovalada o esférica.
- Enharina las croquetas con una fina capa.
- Pásalas por huevo batido y deja escurrir el exceso.
- Cúbrelas con pan rallado y déjalas reposar por lo menos media hora.
- Fritura:
- Usa aceite caliente (180 °C) para sellar el rebozado y evitar que absorban grasa.
- Fríe en tandas pequeñas para mantener la temperatura constante.
- Escurre las croquetas sobre papel absorbente para un resultado más ligero.
Consulta la guía sobre el rebozado y fritura perfectos o prueba una alternativa sin gluten
Consejos para perfeccionar las croquetas de pulpo a la gallega
No hace falta nada más para disfrutar de estas croquetas, pero siempre puedes adaptarlas un poco más a tu gusto.
- Si quieres que el pulpo mantenga su textura sin deshacerse en la mezcla, es importante cortarlo en trozos pequeños pero sin triturarlo demasiado. Así se notará en cada bocado sin perder su estructura.
- Para conseguir una masa más compacta sin restarle jugosidad, deja que la mezcla repose en la nevera al menos una hora antes de dar forma a las croquetas. Si sigue siendo demasiado blanda, puedes ajustar la consistencia con un poco más de patata.
- También puedes añadir una pequeña cantidad de bechamel ligera para aportar cremosidad y acercarlas más a la textura clásica de una croqueta, sin que el pulpo pierda protagonismo.
- Si optas por cocer tú mismo el pulpo, aprovecha el caldo de cocción para hacer las patatas. Así absorberán su sabor y el resultado será más intenso y colorido.
- El pimentón es un ingrediente esencial en esta receta, pero no todos aportan el mismo sabor. Para lograr un toque más auténtico, te recomiendo usar pimentón de la Vera, uno de los grandes tesoros de la gastronomía extremeña. Su característico ahumado, obtenido mediante el tradicional secado con leña de roble o encina, realza el sabor del pulpo sin enmascararlo. Puedes optar por dulce o picante, según prefieras un matiz más suave o un punto de intensidad en cada bocado.
¿Te animas a probarlas?
Las croquetas de pulpo a la gallega combinan lo mejor de la tradición con una presentación original y diferente. Si te gusta este clásico gallego, esta receta te conquistará con su equilibrio de sabores. Puedes disfrutarlas solas o dándole un toque diferente un poco de salsa verde o de pimientos del piquillo para realzar su esencia. En Galicia existe la creencia de que el pulpo no debe acompañarse con agua, por lo que una copa de vino blanco, si es posible, de Albariño es una excelente elección para completar la experiencia.
¿Te animas a probarlas? ¿Tienes alguna variante en mente? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡nos encantará conocer tu versión!
📅 Última actualización: 09 de abril de 2025.