Dos de croquetas… de champiñones!
Los champiñones son un ingrediente versátil, económico y disponible durante todo el año, lo que los convierte en una opción ideal para preparar croquetas caseras. Su sabor suave y ligeramente terroso, junto con su textura carnosa y jugosa, permite crear croquetas cremosas y llenas de matices. Además, su capacidad para absorber y realzar otros ingredientes hace que combinen a la perfección con ajo, cebolla, puerro o hierbas aromáticas como el tomillo y el perejil.
Estas croquetas de champiñones no solo son una opción deliciosa para aprovechar setas frescas, sino también una alternativa perfecta para quienes buscan recetas sin carne sin renunciar a un bocado reconfortante y lleno de sabor.
Sabor suave con un aire silvestre: el champiñón

Los champiñones aportan un sabor suave con un ligero toque terroso, que se intensifica al cocinarlos. Para esta receta, puedes usar champiñones blancos o portobello, según prefieras un sabor más neutro o algo más profundo. A mí me gustan más los portobello, porque tienen un toque más intenso y además le dan un color más bonito a la mezcla.
Ingredientes para 2 raciones
- 250 g de champiñones frescos.
- 1 diente de ajo.
- ½ cebolla.
- 30 g de mantequilla.
- Sal y pimienta negra al gusto.
Preparamos la mezcla
Es el momento de ponernos manos a la obra y preparar unas croquetas irresistibles, con una textura cremosa y todo el sabor de los champiñones.
Sofreímos la cebolla
En una sartén, derrite la mantequilla y sofríe la cebolla finamente troceada a fuego medio. Cuando empiece a estar transparente, añade el ajo picado muy fino y remueve durante unos segundos para que libere su aroma.
Es el turno de los champiñones
Límpialos con un paño húmedo o un cepillo en lugar de lavarlos con agua, para evitar que absorban humedad. Pícalos finamente para que se integren bien en la mezcla sin dejar trozos demasiado grandes.
A la cazuela
Incorpóralos a la sartén junto con la cebolla y el ajo, sube ligeramente el fuego y cocina hasta que suelten su agua y se reduzca casi por completo. Añade sal y una pizca de pimienta negra, si es posible, recién molida, y remueve de vez en cuando hasta que estén tiernos y dorados.
Preparamos la bechamel
Puedes infusionar la leche con una ramita de tomillo para un toque aromático antes de preparar la bechamel.
Bechamel fácil y cremosa
Consigue una bechamel cremosa y sin grumos siguiendo estos pasos:
- Ingredientes básicos:
- 40 g de mantequilla
- 40 g de harina tamizada
- 400 ml de leche caliente
- Sal, pimienta y nuez moscada al gusto
- Preparación:
- Derrite la mantequilla a fuego medio.
- Añade la harina tamizada y remueve constantemente durante 2 minutos, hasta que tome un tono dorado.
- Incorpora la leche caliente poco a poco, batiendo para evitar grumos.
- Cocina a fuego lento hasta que espese y tenga una textura cremosa pero firme.
- Sazona con sal, pimienta y nuez moscada al gusto.
Consulta nuestra receta para la bechamel tradicional o prueba una alternativa sin gluten
Incorporamos los ingredientes
Vierte la bechamel en la sartén junto con el sofrito de cebolla y champiñones. Remueve bien hasta obtener una masa uniforme y bien integrada.
Dejamos enfriar la mezcla
Pasa la mezcla a un recipiente, cubre la superficie con papel film y refrigérala un mínimo de 4 horas. Para lograr unas croquetas con una textura perfecta y un interior cremoso, lo ideal es dejarla reposar toda la noche.
Rebozamos y freímos
El truco para unas croquetas de champiñones perfectas está en el rebozado y la fritura: un exterior crujiente, un interior cremoso y ese dorado irresistible que las hace aún más tentadoras. Como su relleno no contiene productos de origen animal, pueden prepararse con una bechamel vegetal y un rebozado sin huevo para obtener unas croquetas completamente veganas.
Rebozado y fritura de croquetas
Para unas croquetas crujientes y deliciosas:
- Rebozado:
- Usa las manos espolvoreadas con harina para darle forma ovalada o esférica.
- Enharina las croquetas con una fina capa.
- Pásalas por huevo batido y deja escurrir el exceso.
- Cúbrelas con pan rallado y déjalas reposar por lo menos media hora.
- Fritura:
- Usa aceite caliente (180 °C) para sellar el rebozado y evitar que absorban grasa.
- Fríe en tandas pequeñas para mantener la temperatura constante.
- Escurre las croquetas sobre papel absorbente para un resultado más ligero.
Consulta la guía sobre el rebozado y fritura perfectos o prueba una alternativa sin gluten
Consejos y variaciones
Con unos pequeños ajustes puedes resaltar aún más el sabor de los champiñones o adaptar la receta según tus preferencias.
- Elige champiñones frescos, de color uniforme y sin manchas oscuras. Evita los que estén arrugados o tengan un tacto viscoso, ya que podrían afectar la textura final.
- Los champiñones sueltan mucha humedad al cocinarlos, por lo que es fundamental dejar que el líquido se reduzca casi por completo antes de añadir la mezcla. Esto evitará que las croquetas queden demasiado blandas o difíciles de manejar.
- Un poco de queso rallado, como parmesano o gruyère, potenciará el sabor del relleno sin restarle cremosidad. Mezcla bien para que se funda de forma homogénea.
- Añade un toque de tomillo o perejil fresco para realzar el sabor de los champiñones. También puedes probar con una pizca de orégano seco si buscas un matiz más intenso y especiado.
- Si buscas una versión más ligera, puedes hacerlas al horno o en freidora de aire. Para un acabado más crujiente, pincélalas con un poco de aceite antes de hornearlas.
Ahora toca disfrutarlas
Las croquetas de champiñones siempre son una alternativa deliciosa y diferente para quienes buscan variar el clásico recetario de croquetas. Con un sabor suave pero lleno de matices y una textura cremosa, son perfectas tanto como aperitivo como plato principal. Si te gustan las croquetas de setas, las de boletus son otra opción fantástica, con un sabor más intenso y un aroma inconfundible. Pruébalas con una salsa de queso suave o una de trufa para potenciar el sabor. ¡Seguro que no te puedes comer solo una!
📅 Última actualización: 11 de abril de 2025.